Flores para la salud

Las vibraciones energéticas de algunas plantas pueden ayudarte a encontrar equilibrio emocional y armonía personal

 


Uno de los tratamientos alternativos más famosos en la actualidad es la terapia basada en las llamadas ?Flores de Bach', cuyo fin es aliviar los desequilibrios psicoemocionales y así evitar la aparición de enfermedades.
De acuerdo con el médico inglés Edward Bach, creador de este tratamiento, los problemas emocionales eran producto de conflictos entre el alma y la personalidad, y estos trastornos o desequilibrios son capaces de afectar el estado físico de una persona.
Miedo, incertidumbre, hipersensibilidad a comentarios, falta de interés en los sucesos alrededor, soledad, desesperación, desaliento y preocupaciones en exceso son algunos de los estados negativos que Bach pensaba nos afectaban.
Así, después de muchas investigaciones, en donde utilizó sus conocimientos de homeopatía, creó algunos remedios florales que permiten que las emociones positivas fluyan para que la salud de las personas se garantice.
El lema de Bach es: "Para corregir una enfermedad física es necesario, primero, corregir los problemas mentales y emocionales del paciente".
El origen
Edward Bach fue un médico, bacteriólogo y homeópata inglés, que buscaba la forma de sanar a los enfermos de raíz, nos se conformaba con darles medicamentos que sólo les quitaran los síntomas y malestares.
Pero fue a principios del siglo 20, cuando investigaba probables remedios provenientes del campo, que fue diagnosticado con una enfermedad incurable. Decidió acelerar sus estudios, y se trasladó a trabajar a los bosques de Gales para estar en contacto con la naturaleza. De pronto, la debilidad física y los síntomas del padecimiento que presentaba tiempo atrás habían desaparecido.
Durante sus experimentos observó que las personas con personalidades similares desarrollaban padecimientos casi idénticos. Así que comenzó a utilizar los principios homeopáticos para crear 38 remedios florales capaces de sanar los desequilibrios emocionales de las personas.
Estos 38 remedios están compuestos por 34 flores silvestres, tres flores de cultivo y el último no es una flor, sino agua de manantial.
Los remedios
Son elíxires diluidos en brandy (bebida utilizada como conservante) que no contienen ningún principio farmacológico activo, por lo que no se consideran medicamentos.
Lo que hizo Bach, fue recoger el rocío matutino de las flores y emplearlo para crear las diferentes soluciones, no utilizó extractos de las plantas como se hace en la homeopatía.
Más adelante, experimenta sumergiendo algunos de los brotes de las flores en un frasco de cristal lleno de agua y los deja al sol durante algunas horas. Entonces, descubrió que la luz transmitía la energía de las flores al agua, misma que queda convertida en tintura.
Después de experimentar los efectos de algunas tinturas de flores consigo mismo y luego con plantas y animales, los empieza a probar en sus pacientes que parecían sanar completamente de sus males.
Si quieres saber qué remedio acabará con tus males, tendrás que acudir con algún experto en Flores de Bach.
Las Flores de Bach
Entre los remedios que Bach desarrolló, se encuentran:
Agrimonia: Para las personas que ocultan emociones tortuosas, problemas graves y angustia inconsciente tras una máscara de alegría y despreocupación. Evita discusiones y busca armonía. Tendencia a las adicciones, tabaco, drogas, alcohol, juego, trabajo, asumir riesgos, comida y compras, como mecanismo de escape a su tormento mental. Busca ser aceptado. Si se enferma bromea al respecto.
Álamo temblón: Sirve para eliminar el miedo a lo sobrenatural, que siente que lo amenazan y  la muerte. Quita claustrofobia y agorafobia.
Haya: Se emplea cuando las personas son intolerantes y critican despiadadamente, juzgan sin ningún motivo. Quita la arrogancia. 
Centáurea: Utilizada para que esa voluntad débil se fortalezca, no hacer los deseos de los demás, dejar de decir sí y a todo. Cuando sacrificas tus propias necesidades para quedar bien.
Ceratostigma: Ayuda a no ser indeciso, a confiar en tu propio juicio, intuición y decisiones, ya no buscar más la aprobación y consejo de los demás.
Cerasifera: Sirve para controlar el miedo de tus actos, a enloquecer y cometer acciones terribles. Arrebatos incontrolados.
Brote de castaño: Guía a aquellas personas que repiten mucho sus errores, no reflexiona ni aprende de sus experiencias.
Achicoria: Elimina personalidades posesivas y egoístas, que sobreprotegen a sus seres queridos y los domina mediante la manipulación excesiva y cuando no la obtiene se siente victimas.
Clemátide: Funciona para aquellas personas que sueñan y evaden la realidad. Distraído, presta poca atención a lo que sucede, vive un mundo de fantasía. 
Manzano silvestre: Flor de la limpieza para quién tiene la sensación de estar sucio y ser impuro, baja autoestima y terror a contaminarse.
Olmo: Para el abrumado por sus responsabilidades. Piensa que no es capaz de cumplirlas.
Genciana: Su función es quitar la depresión, pesimismo, controla la frustración.
Aulaga: Sirve para quitar el sentimiento de no tener ninguna esperanza y el sentir que su vida no vale nada. Desesperación. 
Brezo: Cuando necesitas un público que te escuche, hablar excesivamente pero no sabe escuchar.
Acebo: Sirve para controlar los celos excesivos, desconfianza, envidia, odio y rencor. Son personas que carecen de compasión y que necesitan amor. 
Madreselva: Cuando uno no vive el presente. Nostalgia. Añoranza del pasado y los buenos tiempos.
Carpe: Aminora el agotamiento mental por fastidio, aburrimiento.
Impaciencia: Elimina el sentimiento de soledad, impaciencia, irritabilidad.
Alerce: Quita el sentimiento de inferioridad, cuando lo único que se espera es el fracaso.
Mímulo: Cuando tienes miedo a lo conocido. A situaciones concretas, definibles. Timidez.
Mostaza: Sirve para cuando hay depresión y tristeza por causas desconocidas, que aparecen y desaparecen sin motivo.
Roble: Luchar desesperadamente contra la corriente y sin descanso. Dedicación obsesiva al trabajo.
Oliva: Sirve cuando tienes un agotamiento total, físico o mental.
Pino: Desesperación por sentimiento de culpa y autorreproche.

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